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Entrevistas 1983 & 1997(1997)

Entrevista con Douglas Harding, 1983.

Richard Lang: Douglas, has estado escribiendo y dando talleres durante muchos años. ¿De qué trata tu trabajo?

Douglas Harding: Esa es una pregunta que siempre tengo que hacerme. No tengo una idea preconcebida o predeterminada de lo que es, pero lo abordo de una forma nueva cada vez. Para esta entrevista, Richard, necesito preguntarme de nuevo lo que estoy haciendo. ¿Qué estoy haciendo? Bueno, estoy acercandome al final de mi vida, y sería una cosa muy natural y adecuada preguntarse de que trata, ¿para qué fue? Diciendolo de un modo más personal: ¿qué suposo vivir? ¿qué significa existir? Una de las primeras cosas que debería decir es que encuentro el existir, el haber sucedido, la cosa más extraordinaria. No estoy hablando solamente de ser Douglas Harding, sino ser después de todo, ser consciente, ser una conciencia, o incluso Conciencia de sí mismo. ¿Qué cosa tan increíble es adquirir esta conciencia, ser consciente, y qué pena es no degustarla! Parece una cosa espantosa, miserable, triste y de gallinas, no estar interesado en estos asuntos. Así que, lo que ando haciendo, en pocas palabras, es despertar al misterio de mí mismo.

R. L.: Además de tu trabajo personal, ¿Cómo es tu trabajo en el mundo?

D. H.: Bueno, veo mi trabajo en el mundo como bastante subordinado al trabajo sobre mí mismo. Pienso que tener una idea que pueda ayudar en este mundo, que tenga algo de valor y que ejerza una influencia es secundario, depende más bien de haber respondido la cuestión básica de lo que mi propia vida es para mí. Me parece que no tengo nada que decir a otras personas hasta que haya conseguido responder y solventar mi propio problema. Pero cuando haya hecho eso, cuando haya despertado a lo que es ser Yo -cuando descubro que la simple verdad es tan diferente de todo lo que he concebido, tan valiosa, tan interesante, tan maravillosa, tan divertida, tan profundamente conmovedora la forma en que vivo, qué natural es entonces querer compartirla con el mundo! En cuanto al método de compartirla, supongo que saldrá más adelante en tus preguntas.

R. L.: ¿Cuál es el método?

D. H.: El método es el giro de la atención a través de un angulo de exactamente 180 grados. Nuestra atención normalmente está dirigida hacia afuera, delante de nosotros. Es dirigida a un objeto, y esto es correcto. Ahora te estoy mirando, mi atención está dirigida hacia Richard, pero en este momento ¿de dónde viene esa atención? ¿Cuál es la flecha de mi atención? ¿Desde qué arco está siendo disparada? Lo que hago ahora es darle la vuelta a la flecha y darme cuenta que aquí no hay nada parecido a lo que pueda encontrar alla. Así que lo estoy haciendo es mirar en dos direcciones diametralmente opuestas la una a la otra. Una es mirar a lo que estoy mirando, en este caso es Richard, que sostiene con una mano un boligrafo y con la otra su barbilla, alla está il mirandome. En la otra dirección, en un angulo de 180 grados con respecto a la imagen de Richard, está la ausencia de cualquier cosa que se parezca a eso. Aqué no encuentro nada en absoluto. Con toda certeza nada que se corresponda a lo que encuentro alla. Aqué no hay ninguna cara, ninguna cabeza que se enfrente con Richard. Me encuentro a mí mismo vaciado en su favor, esta es la experiencia esencial de la cual todo procede. Este vacío para los otros es lo que yo estoy disfrutando. Cuando intento compartirlo con la gente y revelarlo al mundo, esta es la cosa que intento que miren, cada uno para il mismo o ella misma. No puedo decirles lo que van a encontrar, pero les puedo animar diciendoles lo que yo encuentro. Quiero que la gente compruebe si ellos están en la misma condición en la que yo estoy, o no.

R. L.: Así que te ves a ti mismo diferente de lo que pareces.

D. H.: Ser un ser humano 'normal' es ser engañado con la proposición de que soy lo que parezco. Bien, yo digo que no soy lo que parezco ser. Aun más, soy lo opuesto a lo que parezco! Cuando digo parecer, quiero decir parecerse a ti, alla.

R. L.: Pero a mí me pareces un hombre.

D. H.: Por supuesto que te parezco un hombre a la distancia de un metro ochenta. Pero mirandome a mí mismo, aquí a cero centimetros, no puedo hallar ninguno de esos rasgos de los que ti tienes. Aqué no hay ojos, ni boca, ni mejillas, ni barba. Así que descubro, Richard, que en este momento no estamos cara a cara. Nunca en toda mi vida he estado cara a cara con alguien. Me parece que esta cosa del cara-a-cara es un gran engaño, la estafa universal de la que estoy seguro que está al final arruinando el vivir, por muchos motivos.

R. L.: ¿Cómo llegaste a esta realización?

D. H.: Creo que fue hecho de vivir una vida tan patas arriba y el ser una persona tan insatisfecha: simplemente tenía que averiguar lo que iba mal. Además de tener, quizás, una justa parte de curiosidad; finalmente era una cosa que tenía que hacer por mí mismo. Habia leido, pensado y reflexionado sobre la pregunta de mi identidad durante mucho tiempo, entonces me encontré simplemente mirando, atreviendome a ser mi propia autoridad, mi propia autoridad sobre el unico lugar en el que estoy en posición de pronunciarme. Nadie más puede decirme lo que soy aquí y ahora, en el lugar donde coincido conmigo mismo. Una vez que hube respondido a la pregunta, ¿desde dónde estoy mirando? se hizo inmediatamente evidente que era exactamente lo opuesto a todo lo que me habían contado. Para estar ahora cara a cara contigo, tengo que inventarme algo aquí que encaje o haga juego con lo que veo alla, encima de tus hombros. Me parece, Richard, que vivir mi vida bas€ndola en una gran mentira es vivir una vida p€sima, al igual que una manzana con el corazon podrido es una manzana podrida.

R. L.: Ya que no eres una cosa en el mundo sino esta conciencia ¿Cómo afecta esto a tu vida? ¿Cómo crees que puede influir en la vida de otras personas?

D. H.: De tantas maneras. S€lo acabo de empezar de hablar de ellas. Nada es igual. Uno tiene dificultad en saber por donde comenzar. Bueno, empezar€ de alguno modo por el final. Esta nueva conciencia supone que cuando miro en el espejo miro a algo que tiene una enfermedad terminal, a saber, la vida. Ese, en el espejo está viviendo, ha nacido y va a morirse. Est€ cambiando todo el tiempo. No es en absoluto lo que yo soy. Es lo que parezco ser. No es mi realidad central. Es una de mis apariencias y está muriendo. Lo que yo soy aquí está en total contraste con eso, porque aquí no hay nada que cambiar y mucho menos el morir. Es obvio que todas las cosas, desde las galaxias a las particulas, perecen. Así que si yo soy una cosa yo soy perecedero. Todas mis apariencias son cosas, son fen€menos, pero la realidad de la cual proceden no es un fen€meno, no es una cosa. Es conciencia de sí, liberada de las cosas.

R. L.: ¿Y que podemos decir de la relación de uno con la gente, con los animales incluso las cosas?

D. H.: Bueno, una relación simétrica, persona a persona, cara a cara y cosa a cosa, es absolutamente lo contrario a una 'relación' (eso no es una relación en absoluto) entre la nada o no-cosa que soy y las cosas. Mi 'relación' con todo lo imaginable, con cada persona, es total y absolutamente asim€trica. Lo que quiere decir en la pr€ctica es que, en vez de relacionarme con esa persona, yo soy esa persona. Yo soy €l o ella en el sentido de que eso es mi apariencia en ese instante, es el disfraz que llevo puesto. Es la forma que estoy tomando en este momento. En este instante t€ me estás dando forma. Como si yo llegara a ser Richard. Esa es una oportunidad maravillosa porque significa que no estoy enfrentado a t€, confront€ndote o en tu contra. Nuestro problema ahora es la confrontación de la que sufre nuestro mundo. La consecuencia de ver quién soy es descubrir que no puedo ni podr€ estar nunca enfrentado a algo en mi vida. La confrontación es la gran mentira en la cual nuestra sociedad y nuestras vidas est€n basadas. L€brate de esa mentira ahora y prueba a ver que pasa. Esto significa amor universal.

R. L.: Esta revoluci€n en la relaciones personales debe tener un efecto en las relaciones de uno con extranjeros, animales y plantas, objetos inanimados - todo lo habido y por haber. Pienso en todo el conflicto que contin€a hoy en el mundo a todos los niveles y como podr€a ayudar.

D. H.: Creo que si intentamos mejorar o incluso suprimir las terribles cosas que est€n pasando en el mundo - la guerra y la explotaci€n, el hambre, todas esas cosas - si tratamos de hacer eso a nivel de los s€ntomas no vamos a hacer mucho. Yo no dir€a que es in€til, pero va a ser radicalmente insuficiente. Realmente no haremos una contribuci€n hasta que abordemos la ra€z del problema y la ra€z del problema debe ser encontrada en cada una de nuestras vidas personales. Si sufro de esta enfermedad de confrontación en mi relación contigo en este momento, ¿de qu€ sirve intentar tratar el mismo problema de confrontación en otros niveles - nacional e internacional - confrontación entre sexos, grupos étnico, religiones, bloques de poder, etc? En otras palabras, el servicio al mundo comienza en casa. Repite: el servicio al mundo comienza en casa - solamente cuando hayas averiguado quién eres descubrir€s que t€ eres el mundo.

R. L.: ¿De qué modo crees que esto afecta a los problemas personales y psicológico, tales como depresión, ansiedad, miedo, soledad?

D. H.: De alg€n modo se deja que esas cosas humanas continuen en su propio nivel. En el centro de mi vida está esta Conciencia cuya naturaleza resulta ser la libertad - libertad no sólo de cosas sino de pensamientos y sentimientos de todas clases. Sin duda, libre de problemas. Como la fuente de esas cosas y el origen de esas dificultades, su tarea debe consistir en dejarlas solas, libre para dejarlas ser lo que ellas quieran. Lo que de verdad soy, no cambia por sí mismo mí naturaleza humana, como así me gusta llamarla. Lo que hace, Richard, es situar esos problemas. Ese material difícil y a veces angustioso no es negado. De hecho se le reconoce más honesta y alegremente cuando uno carga con el, desde el estado de libertad en el centro, más de lo que alguna vez fue hecho por esa persona ilusoria. Ahora no hay necesidad de negar y reconocer la raz€n de cada uno de estos problemas en la medida que ellos persistan - la soledad y la depresi€n etc. Tener estos sentimientos, agradables, desagradables, o incluso tr€gicos, es el precio que hay que pagar por participar en el mundo. Yo no puedo existir, no puedo expresarme en absoluto, sin este dualismo de ah€ fuera. El dualismo del bien y del mal, de lo bello y lo feo, del blanco y del negro, etc. es la condición ineludible de expresi€n en el mundo desde el lugar que está libre de esas dualidades. Así que no se trata de estar libre de esas cosas, en el sentido de suprimirlas, sino estar libre de ellas en el sentido que uno las sit€a €ah€ fuera€. Ya no son centrales. Esto no sólo nos la quita de encima (sin quitarnos a uno mismo de ellas) - sino que a la larga, cuando persisten, eso las cambia. Eso es exactamente lo que queda por ver.

R. L.: ¿Has llegado a encontrar en tu vida un sentido de paz profunda a trav€s de esta conciencia?
D. H.: S€, así es. No podr€a ser más profunda, más f€cil de obtener, ser más natural o innata a uno mismo. Ha estado ah€ todo el tiempo, nunca puede ser lograda, mejorada o cultivada. Est€ aquí simplemente para mirarla. Esta paz es nuestra naturaleza €ntima, no algo con lo que nos cruzamos. Es donde estamos, más cerca que todo lo dem€s. No vamos hacia ello, venimos de ello. El descubrirlo nos permite regresar al lugar que nunca dejamos.

R. L.: ¿Puedes decirnos algo sobre tu 'nueva tecnolog€a', los experimentos?

D. H.: Ya he descrito uno de ellos - el que quizás es el mejor de todos. Cuando tienes una cara delante de t€, la pregunta que debes hacerte es: "¿Hay algo aquí que haga juego con eso?" Ahora estoy mirando tus ojos y veo dos peque€as 'ventanas', Richard, por las cuales supuestamente est€s echando una mirada. ¿Qué maravilla! Pero aquí, donde yo estoy, no encuentro dos ojos en absoluto. Aqu€ solamente hallo una enorme 'ventana', más ancha de lo que está el Este del Oeste. No tiene ning€n marco. Es una especie de €valo, pero de extensi€n infinita. Aqu€, en vez de un par de peque€as mirillas, esto es lo que encuentro. De nuevo ahora, miro el color de tu cara - ¿como puedo acoger ese color si hay un color aquí? Veo la complejidad de tu barba, tu pelo, tus poros, todas esas sutiles variaciones de forma y textura y noto la ausencia total de todo eso aquí, sea lo que sea. All€, hallo un ensayo maravilloso en complejidad; aquí, un maravilloso ensayo en simplicidad, total claridad, libertad y alivio con respecto a lo de alla. Veo que tus ojos se est€n moviendo. Bueno, aquí no encuentro ning€n movimiento. Cuando bajas por el pasillo, porque eso es lo que haces, yo no bajo el pasillo en absoluto, €es el pasillo el que baja a trav€s de mí!. €Si salgo afuera en mi coche el campo entero se está moviendo! De hecho todo en esta vida, absolutamente cada parte de la vida es una oportunidad de descubrir que todo lo que me hab€an dicho sobre mí - como lo que soy realmente, aquí mismo - es al rev€s. De hecho es increíblemente divertido, además de enormemente importante psicológica y espiritualmente, decirte la verdad sobre ti mismo. El autoenga€o es a la vez sombr€o y enfermizo.

R. L.: ¿Como ves tu futuro y el futuro de tu trabajo?

D. H. : Empezara con lo segundo. ¿Qué les va a pasar a estas técnicas de las que acabo de dar alguna indicaci€n? Si la raza humana va a sobrevivir (y me parece que tiene una buena probabilidad de hacerlo así), pienso que sera porque la experiencia de no confrontación se divulgara. La esperanza de la raza humana yace en esto y en caminos similares, modos paralelos de ver la verdad de la no confrontación. Me parece que hemos llegado a un momento en el cual el mito de la confrontación, después de un periodo de quizás un millon de años, ha llegado a ser tan contraproducente que amenaza nuestra misma supervivencia. Nuestra necesidad es descubrir que esto es un mito y empezar a vivir esa otra clase de vida, la vida de la no confrontación - en la cual cada uno de nosotros está vaciado para los dem€s. Ver€a el futuro de mi trabajo como el se€alar continuado a la verdad de la no confrontación y de su necesidad. Ves, pienso que si esto es verdad - y lo es - cuidar€ de sí. Creo que ya está siendo incorporado en un especie de camino subterr€neo, no de un modo demasiado obvio. No es algo que enganche a la gente. Es algo que trabaja a un nivel diferente y más profundo. De todos maneras, el hecho de que ya vivamos de esto es la gran garant€a de su superviviencia. Es el modo en que estamos hechos. Esto no es un logro, es una realización - la realización. La confrontación es un mito. Se puede confiar en que la verdad cuidar€ de sí. Por lo tanto no tengo preocupaciones sobre el futuro.


Entrevista con Douglas Harding, Marzo 1997.

Los participantes en un grupo de discusión, que estaban en una lista de direcciones de la V€a sin Cabeza, dieron a Richard Lang varias preguntas para formular a Douglas Harding en un entrevista. (Escribe un correo electr€nico a Richard si estes interesado en unirte a la lista.) Las preguntas giraban en torno al lugar que ocupa la individualidad en el contexto de quien soy realmente, el lugar de la oración (y la rendici€n del deseo) y el lugar de los sentimientos (y el amor.) Aqui está una transcripcion de aquella entrevista.

Pregunta: "¿El descubrimiento y la exploración de quién soy psicológicamente significa algo para te? ¿Cómo encaja con esa Visión, con quien soy realmente? ¿Es importante desarrollarse como individuo con tal de que no olvide quien soy yo de verdad?

D. H.: Me parece que hay dos significados a la expresi€n '¿Qui€n soy?' Uno es quién soy yo centralmente, en mi esencia y el otro es quién soy yo como persona, ¿cuál es mi temperamento, cuál es la profesión más adecuada para mí etc.? Me parece que si paso por alto a quien soy yo realmente y sólo voy a por lo que Douglas es, me quedo sin saber lo que es Douglas. Estoy sujeto a todo tipo de juegos, ilusiones y condicionamientos sociales que ocultan Douglas de mí. Pero cuando vemos lo que somos de verdad, pienso que uno de los beneficios indirectos, es que llegamos a ser más auténticos como personas, más naturales, más nosotros mismos. He notado que entre mis amigos que ven esto claramente y lo valoran de verdad no dejan de ser por ello individuos menos interesantes, humanamente hablando, sino al rev€s. Mi experiencia consiste en que para ser verdaderamente humano, individuo y auténtico como persona en el mundo, la mejor cosa que puedes hacer es ver quién eres realmente. Si descuidas lo que eres de verdad en favor de ese humano, ese humano sufre.

R. L.: ¿Estar€as de acuerdo en que es importante a nivel humano descubrir quién eres y quién no eres?

D. H.: S€, pero hacerlo no es tan f€cil y tan directo. Yo dir€a que es importante averiguar quién eres humanamente hablando pero no como un ejercicio separado. Eso es un derivado, un subproducto de quien eres realmente. Hasta que no sepa quién soy de verdad no sabr€ quién es Douglas como Douglas. Pienso que consigo una compresi€n más valiosa sobre mí mismo, llego a ser una persona más aut€ntica en la medida en que mi inter€s central no es esa persona.

R. L.: ¿Cómo entiendes ese mecanismo? ¿Por qué funcionar€a de ese modo?

D. H.: Creo que soy una especie de simpl€n! Mi secreto consiste en tener sólo una respuesta para todas las cuestiones - vea quién está haciendo la pregunta! En realidad es una cosa muy f€cil de responder. Para hacer lo mejor que pueda por Douglas como persona, para hacerle más auténtico, más €til al mundo, más persona, más individuo - por qué no apuntar a eso. Si lo haces juegas a un juego. Si apuntas a ver quién eres realmente eso cuidar€ de tu humanidad. Esto no sólo se aplica a Douglas Harding. Lo he notado en mis amigos - amigos que valoran lo que son de verdad - son tan diferentes. Esto no los ha convertido en clones o r€plicas de alg€n ideal espiritual. Siguen siendo individuos - de hecho a€n más.

R. L.: ¿Est€s diciendo entonces que tu individualidad natural saldr€ a la luz si no interfieres de modo alguno?

D. H.: S€, eso digo. Y es importante que salga, pero no haci€ndolo como un ejercicio separado. Cuando ves quién eres realmente pierdes cierta cantidad de inter€s en que como te enfrentas a la gente. Te alivias de esa ansiedad constante de si est€s impresionando a la gente o no, de si tu personalidad es la adecuada o no. Creo de verdad que la personalidad humana es mucho mejor cuando te quitas la tensi€n y est€s interesado en tu verdadera naturaleza.

Realmente pienso que es importante averiguar quién eres como ser humano. La cuestión es ¿cómo lo haces? Creo que la inspecci€n directa, en la ignorancia de quién eres, no va a ser muy fruct€fera.

R. L.: Pero, por ejemplo, t€ sabes que eres un escritor.

D. H.: Pero sin embargo pienso que eso es una cosa muy superficial ¿no?

R. L.: Pero ese es el nivel de la pregunta.

D. H.: Bueno, veo quien soy y me encuentro a mí mismo escribiendo sobre ello, sí. Pero el escrito procede de la visión.

Pregunta: "A menudo me he preguntado por qué Douglas trata raras veces el tema de la oración. Es desconcertante porque el tema es comun en religion, quizás hasta universal. ¿Por qué hablas o escribes tan pocas veces sobre la oración?

D. H.: Bien, tenemos que distinguir dos clases de rezo. Hay un tipo de oración que es peticionaria - pedir que mejore el dolor de barriga, que haga mejor tiempo o que alguien deje de comportarse mal conmigo. Esa clase de oración demandante no me interesa y no creo que sea efectiva. Supongo que puede serlo para algunas personas. Podr€a actuar como una especie de magia si pones fe en alguna providencia ah€ fuera, que haga que esa magia funcione para t€. Pero eso no es para mí.

La otra clase de oración, que es muy diferente, se parece a esto: D€ que deseas la salud de alguien a quien amas much€simo, o mi propia salud o mi propia capacidad para hacer mi trabajo, esa clase de cosas - que realmente son peticiones muy dignas - pero a€adimos siempre al final 'H€gase tu voluntad'. Me gustar€a esto, pero no mi deseo sino h€gase tu voluntad. La pregunta es entonces ¿quién está rezando a quién? Por supuesto en €ltimo recurso quien eres realmente está teniendo una conversaci€n con quién eres realmente. Es una especie de proceso interno dentro de tu verdadera identidad, no es sólo importante sino indispensable. Cuando estaba en el hospital con un dolor muy fuerte, creo que hice bastante oración de esa clase.

R. L.: ¿Cómo es que raras veces hablas o escribes sobre ello?

D. H.: Pocas veces escribo sobre ello porque pienso que es algo que no me ocurre. De hecho yo no lo llamar€a oración. La oración tiene todas estas connotaciones de pedir favores y uno no está haciendo esto. Uno no está pidiendo favores realmente. Creo que uno obviamente quiere tener menos dolor, más alegr€a y que los seres queridos est€n mejor, tanto en salud como esp€ritu. Esa clase de carencia es una especie de oración supongo, pero tiene que ser la clase de oración que es verdadera - por lo cual me interesar€a. No escribir sobre ello sino interesarse, lo cual es 'no obstante h€gase tu voluntad'. En el libro "Vivir sin stress" distingo tres intensidades de deseo. Una es superficial, es lo que quiero. La segunda es lo que realmente quiero, que puede diferir bastante de lo que creo que quiero y que mi comportamiento puede desmentir como lo que pienso que quiero - tienes el deseo superficial, tienes el deseo psicol€gico profundo, el cual puede ser lo contrario a lo que piensas que quieres. Y tienes el deseo más profundo, que es el deseo de quien eres realmente, el eslogan aquí es 'H€gase tu voluntad'.

Pregunta: "Ahora das más importancia a los sentimientos y al corazon de lo que sol€as hacer. ¿Qué es lo que desencaden€ este cambio de visión, este ver con sentimiento? ¿Hay ejercicios claros que ayudar€an a los otros a ver y sentir, como los cl€sicos que han ayudado a tantos? Si no, ¿Cómo podr€an desarrolarse?

D. H.: Creo que debemos distinguir claramente entre ver y sentir. Creo que en lo que se refiere a la Visión, al ver auténtico, es que puedes tenerlo cuando quieras. Siempre puedes echar un vistazo a quien eres realmente, independientemente de tu humor, por muy bien o mal que te sientas. Esto no es v€lido para el sentir. Yo no puedo ordenar tener sentimientos. No puedo decir que voy a tener este sentimiento. Si lo haces y parece que tienes €xito, el sentimiento no es auténtico, es autoenga€o. Creo que el sentimiento es espont€neo o no lo es. Hay ejercicios con vista a cultivar amor y cosas así - bueno, sí que los budistas los hacen: env€an sentimientos de cari€o en todas direcciones, env€an ondas de amor a trav€s del cosmos, yo no criticar€a eso. Pero ese no es mi camino, parece tener un elemento de artificialidad que debilita todo el asunto. Buena suerte para ellos si pueden hacerlo. Ese no es mi camino.

Ejercicios para cultivar la ternura del corazon. Creo que lo que podemos hacer es fijarnos en el hecho de que cuando crecemos, desde que somos ni€os hasta llegar a ser adolescentes y adultos, nuestro centro de gravedad sube desde nuestro corazon y nuestras tripas hasta nuestra cabeza. Nos hacemos cabezones y testarudos y nos centrados aquí en el intelecto, la inteligencia, el conocimiento etc., Cuando vemos quienes somos realmente y perdemos nuestro tup€, el centro de gravedad baja. Creo que lo que podemos hacer es observar el hecho de que esto pasa y permitir que suceda, prestar atención a ese descenso. Hay un experimento que es de ayuda aquí, en materia del sentir: Extiende tus brazos delante de t€ y presta atención a lo que ves entre ellos. Esto es una visión estrecha de miras, especialmente cuando est€s mirando a ese tipo en el espejo o mirando alg€n problema tuyo, de una forma ego€sta y extremadamente limitada. S€lo estamos interesados en nuestro propio bienestar aquí y el mundo no es de ning€n inter€s, excepto cuando impacta en el objeto central de inter€s, que es la condición humana de uno. Mirando de nuevo hacia delante ensanchamos el €ngulo de nuestro brazos y nuestra visión, hasta que nuestros brazos desaparezcan - podemos menear nuestros dedos para ver lo lejos que pueden llegar y ser todav€a visibles. Mira a otros amigos que est€n haciendo esto, est€n abrazando sólo una min€scula parte de la habitaci€n. Pero m€rate a ti mismo como Primera Persona, tienes el mundo entero en tus manos. Sobre la evidencia presente, mir€ndo hacia delante, me parece que mi mano izquierda y mi mano derecha est€n tan lejos una de la otra como lo está el Este del Oeste. Estoy abrazando el mundo. Este es un ejercicio que hacemos en los talleres y creo que ayuda en este campo - es el €nico ejercicio en el que puedo pensar, que apunta espec€ficamente a los sentimientos. Observando, permitiendo que el centro de gravedad baje en realidad, entendi€ndolo, acostumbr€ndote a la idea, es €til. La otra cosa es esta: continua mirando, nunca te preocupes por el sentir - veo que desaparezco en favor tuyo en este instante. Veo que esto sucede. Pero tiene implicaciones en el sentir, porque significa que estoy roto, abierto de par en par para t€. Así que el ver y el sentir est€n profundamente interconectados. Sin embargo ejercicios espec€ficos sólo para el sentir creo que son poco aconsejables.

Pod€as pensar que es posible no sólo ver quien eres sino permanecer en ese estado (así que la Visión sea ininterrumpida, que est€s realmente en casa, consciente de tu ausencia, de tu claridad, de tu franqueza) y a€n tener un corazon cerrado con respecto al mundo. No creo que lo sea. Pienso que si te la arreglas para quedarte aquí en casa, tu corazon se abrir€. Aquellos amigos que quizás se distinguen por su falta de ternura - y yo he pasado por ese estado en concreto - simplemente se contentan con visitas rel€mpagos. No han ocupado todav€a la residencia en el hogar. Si lo hicieran, creo que sus corazones se abrir€an como flores al sol.


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